jueves, 11 de marzo de 2010

Nos mudamos: Futbol Gol

Estimados lectores.

Últimamente, como seguro habrán notado, hemos bajado en el número de entradas por semana. Esto es debido a que nos vamos a mudar a otro espacio, donde tendremos más posibilidades de crecer como blog de fútbol.

Les pedimos disculpas por no haber estado tan activos como debiéramos.

Sin más dilación; les pongo un enlace donde podrán seguirnos de nuevo, si lo desean.

Bienvenidos a Futbol Gol

miércoles, 3 de marzo de 2010

Los irreductibles galos.




Jugar contra Francia es siempre algo especial, hay demasiadas cuentas pendientes como para que se pueda considerar un partido más. Se suele dar la paradoja de que en los amistosos España juega mejor que Francia, sin embargo, cuando hay algo en juego, la victoria cae normalmente del lado francés.

Desde finales de los 90, los mejores años de Francia, el desarrollo futbolístico de las selecciones de ambos países ha sido casi opuesto, mientras que Francia se ha beneficiado de su inmigración y sus antiguas colonias para tener unos equipos poderosísimos físicamente, España ha aprovechado una generación de jugadores pequeños y talentosos que juegan de maravilla.

La exhuberancia física francesa siempre ha ido acompañada de jugadores de talento, normalmente en el puesto de 10, todos recordamos a Platini (mejor jugador francés de la historia, seguramente) y al multipremiado Zidane, ahora mismo el relevo lo tienen que coger Gourcuff y Ribery al unísono, el problema es que se ha perdido solidez defensiva, jerarquía en el centro del campo y el puesto de delantero ofrece muchas dudas para el cuestionadísimo seleccionador.

España es una balsa de aceite, hay unos 35 jugadores que podrían entrar en la lista de Del Bosque, las únicas discusiones son para ver si este o el otro son mejores pero no se duda de la calidad global del conjunto ni individual de los jugadores, ahora mismo es el enemigo a batir, contrarrestar sus armas es el reto del partido.

En los últimos 30 años, exceptuando la Eurocopa brillantemente conseguida hace un par de años, la competitividad francesa casi siempre ha estado por encima de la española, esto no se va a ver hoy, tendremos que esperar a junio para ver el estado real en el que llegan las 2 selecciones, no equivoquemos al lector, hoy es una piedra de toque pero las conclusiones que se saquen tendrán una importancia relativa.

Disfrutemos pues de un buen espectaculo, hay suficientes atractivos como para fijarnos sólo en el partido aunque incoscientemente la mente se vaya hacia el mundial, creo que la favorita hoy es España, pero si el calendario mundialista propicia un cruce entre los 2, las distancias se apretarán y lo de hoy seguramente no habrá servido para nada.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Las opciones en la medular para Manuel Pellegrini


Un equipo debe ser sinónimo de organización. Todo buen entrenador se adapta al equipo a la que va adaptando sus gustos futbolísticos a la plantilla de la que dispone. Debemos tener claro que el deporte profesional es sinónimo de rendimiento. Poco a poco, ese entrenador va buscando la manera de adaptar al equipo a sus gustos.

Manuel Pellegrini plantea un fútbol básico y un camino para hacer que sus equipos lleguen a la excelencia futbolística. Siempre consigue que sus equipos alcancen un nivel competitivo notable y una velocidad de crucero para sumar sin llamar la atención. No tiene la virtud de cambiar inercias, pero tampoco busca provocar.

Quiere que todos sepan su rol en el equipo, nunca emplea demasiados jugadores. La norma no es obligación, en el Real Madrid CF empezó tirando de todo el plantel. Llegó al equipo blanco y la situación le hizo perder su estilo y sus registros. Las plantillas largas le superan, no quiere conflictos y quedar bien con todos es la solución.

Arjen Robben y Sneijder eran sus jugadores, los vendieron. Raúl a calzador. Los de dentro y los de fuera empezaron a protestar. El chileno, desbordado por un equipo sin criterio aunque con una pegada descomunal, metió en la nevera a Granero por su incapacidad para darle un toque de atención a un Cristiano Ronaldo desafiante.

Medio del campo

Mediocentro defensivo

Su principal misión es ser el factor corrector del equipo. Siempre tiene que estar pendiente de equilibrar el equipo y situarse entre los centrales si los puntas del adversario intentan separarlos. Además, debe vigilar las entradas de sugunda línea del equipo. Es un jugador táctico y con envergadura. No tiene gran recorrido físico y no necesita ser muy veloz porque su principal virtud debe ser la colocación.

Medio centro recuperador

Su principal misión es presionar al balón, atosigar al mediocampo rival para que no jueguen fácil y empujar a su equipo para recuperar rápido y generar contrataques. Realiza faltas con frecuencia si lo desbordan. Necesita interiores disciplinados que le suplen en su posición porque es un jugador de recorrido. Es un jugador físico, rápido y con el centro de gravedad bajo.

Mediocentro distribuidor

Su principal misión es mover la pelota con fluidez y conseguir que la velocidad de balón sea muy alta para que los delanteros consigan recibir en ventaja. No cumple bien con las labores defensivas si su equipo tiene el balón porque en el momento en que tiene posesión, tiene que buscar líneas de pase y descolocarse para facilitar el pase fácil al compañero. Es muy técnico, con unas buenas estadísticas de pase. Suele jugar fácil priorizando no perder y circular fácil al pase decisivo. Debe dominar el juego al primer toque y los cambios de orientación.

Doble pivote

Su funcionamiento es similar al de los centrales. Cada uno tiene su zona y basculan en función de la situación de la pelota. Si la tiene el interior izquierda del adversario, el pivote que juegue por la derecha se acerca hacia la pelota y el pivote que juegue por la izquierda se mete entre los centrales.

La mejor opción es un doble pivote: Lass con Xabi Alonso y el cambio ofensivo de Granero. La entrada de Mahamadou Diarra es compleja. Guti es otra opción para la medular, su criterio es igual de irregular que su rendimiento. Una variante para intentar crear juego sería la de Rafael van der Vaart, aunque se desenvuelve mejor por detrás del punta.

sábado, 13 de febrero de 2010

Media verdad, media mentira.



Cuando me preguntan que es la prensa para mí. Es simplemente un medio de información.

La respuesta es simple, pero ¿qué es hoy en día la prensa?

Particularmente, respondo siempre que es unas palabras escritas por un periodista que le digan lo que cuenten y que no cuenta verdaderamente lo que dice.

Y parece ser, que mi utópica respuesta, cada día se convierte en más realidad. Dicha realidad, es la distorsión de la veracidad, falta de rigor periodístico, falta a la verdad, por sentir una tendencia de un grupo editorial, radiofónico o televisivo. Falta de ética, y vender más sensacionalismo que el de la tan defenestrada “prensa del corazón”.

Artículos más abajo, un compañero bloguero, hacía una referencia a la imagen del fútbol, a que ya no es la esencia que teníamos antes.

Honestamente, le doy la razón. Ese cambio, también llega a los medios. Y ha llegado, cuando los medios dejan de ser los primeros en informar, y en ser los primeros en coartar la veracidad de la información.

“Cuenta lo que quieren escuchar”; “Escribe libremente sin decir que…”; “No saques eso en directo, antena”; “No grabes esto”.

El porqué de estas cuestiones y el fin…son siempre los mismos: dinero, ignorancia y parte de verdad, (verdad sosegada).

A esta resolución he llegado, habida cuenta de los medios deportivos que tenemos en España…que son “estatales”.

Si me lo dicen hace un lustro y algo más…entonces me hubiese callado y probablemente este artículo no sería escrito.

Pero, ahora…la verdad está distorsionada. Distorsionada por el servilismo que muchos le profesan a los clubes…que estos clubes representen una opción política, que a su vez sea influyente en la sociedad.

He ahí la falta de sinceridad del periodismo en general, no cuenta toda la verdad…es mala.

Eso sí, fomentan rumores…rumores que hacen crear un “run run”, entre toda la gente ignorante o simplemente influenciable por los medios.

Que sirve siempre para dar juego, para que siempre se hable de ello…porque es noticia. Pero…que pasa cuando las noticias se parecen más a preguntas fuera de ámbito deportivo? Qué pasa cuando el equipo al que rinden pleitesía, no tiene juego…? Crean una guerra…una guerra, batalla…absurda (como todas) por lograr hacerse con el “control mediático”.

Y el resultado de todo…es siempre negativo. Negativo para la prensa, porque ya está manchada su imagen con la vinculación a un club determinado, negativo, porque nosotros somos los primeros engañados. Negativo, porque el periodista no hace que su labor sea loable, y transmitir la noticia y la veracidad de la misma. Negativa por el periodismo, por existir los medios.

Parece ser, que no se puede ser imparcial, que se ha de tener editoriales representativas al servilismo mediático de un club. Porque, un imparcial no vende, porque un medio justo, no importa…importa vender, representar una idea que fomente una tendencia…y esta no es la línea a seguir.

Esta es la razón, de porque se necesita el cambio…menos ventas, y mayor veracidad.

Y por supuesto, los entendidos y los no tan entendidos del fútbol pero que saben apreciar su labor, sin duda serán recompensados.

domingo, 7 de febrero de 2010

Ayer el Getafe no supo aprovechar la debilidad del Barça














La verdad es que al planteamiento de Míchel no se le puede poner ni un sólo 'pero'. Sacó sólo un centrocampista defensivo (Boateng), con la intención de colocar al equipo arriba, presionar, y tocar en campo azulgrana.

Y lo cierto, es que consiguió que el Barça no combinara con tanta fluidez como nos tiene acostumbrados, y que sus ocasiones llegaran fruto de la calidad individual, o de fogonazos producto de asociaciones puntuales entre jugadores culés.

A pesar de eso, el Getafe no pudo evitar el gol del Barça. Pero más adelante llegó la expulsión de Piqué, y ahí el Getafe debería haber dominado el juego, ya que al Barça le descolocó mucho la expulsión, y pasó a ser un equipo irreconocible: echó la línea defensiva más atrás, y esperó al Getafe en su campo, cediéndole el dominio.
Lo único que dominó fue la posesión del balón, pero sin peligro alguno, sólo con transiciones horizontales sin ninguna verticalidad, amén de las numerosas pérdidas de balón en el centro del campo, supongo que a causa del cansancio Copero.

Cuando Guardiola quitó a Ibrahimovic para equilibrar el centro del campo, Míchel estuvo muy ágil, y quitó a un defensa para meter a Manu, para ganar en verticalidad y en gol. Un acierto a mi juicio, pero el problema, es que el Getafe no conseguía combinar como sabe, se notaba ansiedad en el campo, se notaba que querían marcar el segundo gol, antes que el primero.

Mediada la segunda parte, llegó una asociación perfecta en un contragolpe, entre Xavi y Messi. Una diagonal perfecta de Xavi, desarboló a los 3 centrales del Getafe (ese movimiento, lo saben defender hasta los infantiles del equipo de mi pueblo), y marcó a placer.

Y ahí se acabó el partido, porque el Getafe se mostró totalmente inoperante, sin capacidad de sorpresa, y ni por supuesto, de remate. La única jugada de peligro, llegó en el minuto 92, en el penalty de Marquez a Kepa. Me quedé con las ganas de ver cómo Parejo organizaba el juego del Getafe, de ver cómo Albín volvía loco a Maxwell en el lateral derecho, y de ver cómo Soldado incordiaba a los centrales del Barça.


Me desilusionó mucho ayer el Getafe, yo pensé que contra 10 jugadores, el Getafe sería capaz de mojarle la oreja, al Barça.

sábado, 6 de febrero de 2010

José Antonio Reyes: Vuelta a empezar




Hablar en España de promesas que apuntan en lo más alto y se quedan en agua de borrajas era, hasta hace bien poco, describir la historia de José Antonio Reyes (Utrera, 1983). Procediente de la inagotable escuela sevillana, debutó con el Sevilla Fútbol Club con tan sólo 16 años en la temporada 1999/2000, la del descenso sevillista; y, con la vuelta del club a primera división, Joaquín Caparrós hizo de él el jugador franquicia de un equipo que cada temporada iba a más y cuyo techo, aún hoy, es un misterio para todos.

Regate eléctrico, llegada a gol, toque preciso, técnica exquisita y velocidad eran sus virtudes. Éstas le llevaron a debutar con la selección española de Iñaki Sáez en septiembre de 2003, apenas cumplidos 20 años, y a fichar por el Arsenal de los invencibles en 2004 por una cantidad nada desdeñable cercana a los 20 millones de libras. En Londres, José Antonio tiene el honor de formar parte de un equipo inolvidable, que conseguiría hacerse con la Premier League sin perder ni un sólo encuentro y que llegaría a disputar la final de Champions en París ante el Barcelona en 2006. La suplencia de Reyes en la misma y algunos problemas de adaptación a la vida inglesa le hicieron volver a su España natal. Tras flirtear con el Atlético, fue finalmente el Real Madrid de Fabio Capello el que consiguió su cesión. Reyes sería clave para el título liguero anotando dos goles al Mallorca en la última jornada. Pese a esto, el utrerano no fue importante para Capello y volvió a verse en Londres antes de empezar la temporada 2007/2008.

En este momento aparece el Atlético, que ya había rozado su incorporación una temporada antes y paga 12 millones de euros por el ya ex-jugador gunner. La carrera de Reyes parece ir cuesta abajo y la afición del Calderón no le perdona su pasado blanco, pero Reyes ve la oportunidad en el Manzanares de ser titular en un equipo de renombre y por fin demostrar su valía. Javier Aguirre, entrenador colchonero en aquella época, no le concede oportunidades y el utrerano se ve condenado al banquillo mientras Simao y Maxi ocupan las bandas de un equipo que se mete en Champions después de varios años dando tumbos en primera. De nuevo Reyes está fuera de los planes de su entrenador, y es Quique Sánchez Flores el que reclama al utrerano para su Benfica. Mediante una cesión por un año con opción de compra, Reyes vuelve a disfrutar del fútbol en la Superliga portuguesa, pero Quique deja de ser el míster de "las águilas" y el Benfica, pese a intentar hacerse con el jugador, no llega a un acuerdo con el Atlético.

Al inicio de la presente 2009/2010, Reyes se encuentra en el Atlético, donde aparte de su pasado madridista, la sensación de que es un futbolista vago, con carácter inestable y en prematura decadencia hacen que el Calderón le dedique una sonora pitada cada vez que el jugador asomaba la cabeza del banquillo del Manzanares. En ese mismo banquillo, el entrenador, Abel Resino, ve como cada día se le agota más el crédito, al caer el equipo eliminado de forma fulminante en la fase de grupos de la Liga de Campeones y hacer el ridículo en liga.

Llega Quique Sánchez Flores al Atlético, y con él, la luz para José Antonio. El utrerano consigue por fin un puesto de titular en detrimento del intetrnacional argentino Maxi Rodríguez, y sus buenas actuaciones y voluntad consiguen revertir todos esos pitos en ovaciones del Calderón. En un ambiente enrarecido por la inestabilidad en liga, maquillado por buenas acciones en Copa del Rey, la recuperación de Reyes para la causa es una de las pocas notas totalmente positivas del Atlético de Quique. Ha dejado de ser ese jugador que dejaba un detalle en cada intervención, pasando a ser un extremo más funcional y sacrificado, consiguiendo, pese a estar lejos de su mejor nivel, cumplir con creces cada semana. En un equipo lleno de jugadores consagrados cuya actuación parece depender de una decisión tomada a cara o cruz, Reyes ha hecho de la regularidad su mejor virtud y tiene, muchos años después, motivos para volver a sonreir. El fútbol y Quique le han dado una enésima oportunidad a Reyes, y parece que esta vez tiene ganas de volver a empezar.

jueves, 4 de febrero de 2010

Ligue 1: ¿El comienzo de un nuevo imperio?




La mayoría de los clichés referentes a Francia no son más que eso, tópicos sin base. Los franceses no sobreviven a base de baguettes y croissants, no llevan finos bigotes ni boinas caídas a un lado. Ni siquiera pasan las horas muertas en los cabarets (bueno, al menos la mayoría no lo hace). Sin embargo, hay una etiqueta que siempre se ha adjudicado a los franceses con bastante razón: la de revolucionarios. Pioneros de la Révolution y maestros de la protesta, los galos son expertos en derrocar reyes y extinguir regímenes, exaltando la libertad, ensalzando la igualdad, y, casi siempre, esgrimiendo armas afiladas.

Hoy día, el gobierno ha de andarse con pies de plomo: sabe que en cualquier momento una mala medida o una injusticia pueden llevar al pueblo francés a la huelga y la protesta (algo de lo que probablemente deberíamos tomar nota en otros países). Como en la mayoría de los casos, esta idiosincracia ha acabado reflejándose en el mundo del fútbol.

Tras pasar unos años siendo muy reñido y disputado, Le Championnat ha pasado la mayor parte de la década gobernado con mano férrea por el todopoderoso Olympique Lyonnais. Ya antes hubo reinados de larga duración (como el del Saint-Etienne en los 60 y 70, o el del OM de Papin a finales de los 80), pero ningún equipo había dominado el torneo durante siete años consecutivos. Los mejores jugadores del país se reunían en el Stade Gerland, nada se podía hacer ante los Juninho, Edmilson, Essien, Diarrá o Benzema.

Era evidente que, tarde o temprano, su racha acabaría: la afición francesa se cansaba del Imperio, y pedía sangre nueva en la cúspide de la tabla. No fue hasta la aparición de un líder carismático, Laurent Blanc, que el Olympique acabaría encontrando a la horma de su zapato. Blanc agrupó a su alrededor a libertarios de alto nivel, como Chamakh, Fernando, Alou Diarrá, Jussié o el recuperado para la causa Gourcuff, que acabaría siendo el abanderado del movimiento Girondino.

El año pasado, los de Burdeos consiguieron su objetivo y ganaron la gloria. El antiguo régimen había caído, y la revolución había triunfado. Sin embargo, lo que parecía que sería una vuelta a los campeonatos disputados, podría ser el comienzo de un nuevo periodo de dominio, esta vez a manos de los girondinos.

Tras coronarse en Francia, el Girondins sorprendió este año con su brillante clasificación europea, pasando por delante de Bayern y Juventus, ejericendo un fútbol atractivo y efectivo. El equipo ha conseguido retener a sus cracks pese a los cantos de sirena provenientes de otras ligas, y la conexión Gourcuff-Chamakh sigue causando estragos allá por donde pasa. Blanc lo tiene complicado, pero ha demostrado ambición y quiere dejar claro en Europa que hay vida más allá de la Premier o la Liga.

En casa, el Lyon está sufriendo las consecuencias de su derrota. Pese a haberse reforzado bien, parece que el Licha López y Bafé Gomis, aun siendo grandes jugadores, no pueden llenar entre ambos el hueco dejado por Karim Benzema. Con una defensa frágil y envejecida y un portero, Lloris, capaz de lo mejor y lo peor, su único consuelo es ver explotar a su joven perla, Miralem Pjanic, uno de esos jugadores "diferentes", que dará que hablar en un futuro no muy lejano.

Hasta entonces, el viejo emperador sólo puede pelearse con otros grandes caídos como Monaco, OM o PSG por las migajas de los puestos europeos. Nada parece amenazar el imperio girondino, y el segundo título consecutivo es más que probable... Pero aún queda una posibilidad.

La nueva revolución se está gestando en Montpellier. Un recién ascendido se ha hecho con la segunda plaza de la tabla, superando a grandes y pequeños. Humilde, desconocido, basado únicamente en el trabajo duro y el esfuerzo, parecía una locura hace unos meses pensar que un equipo sin estrellas pudiera aguantar en esa parte noble de la tabla. Pese a todo, el Montpellier aguanta. Hoy día ocho puntos le separan del líder, una distancia grande, pero no insalvable.

¿Confirmación del nuevo Imperio o revolución de los humildes? Los próximos meses lo dirán. Lo que está claro es que los aficionados a Le Championnat disfrutaremos descubriéndolo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Por la boca muere el pez


El refranero español, como el de cualquier país, es sabio. Por viejo y por diablo. Conviene ser consecuente con lo dicho trabajando en un medio de comunicación para no correr el riesgo de que, cualquier día, alguien tenga la tentación de convertir tus avispadas pesquisas en una contradicción vergonzante. Conviene tener buena memoria, y más en los tiempos que corren donde el acceso a la información está tan al alcance de cualquiera, para no ser víctima del ácido y preciso refranero español, cargado éste de afiladas sentencias tales como "Donde dije 'digo', digo 'Diego" o la frase que encabeza el presente escrito.

Me referiré concretamente al insigne Alfredo Relaño, director del diario As. Tipo afable, reflexivo y de verbo reposado, de dilatada trayectoria, bastante sensato en líneas generales pero desmemoriadamente madridista.

Empezaba el año 2002, año en el que el madridismo celebró su centenario ganando la Novena en Glasgow, donde Zidane dejó para la posteridad el mejor gol anotado jamás en una final continental. Era el mes de enero, el Madrid empezaba a engrasar la máquina y Zidane, el buque insignia de la incipiente Galaxia, desterraba las dudas en torno a su figura liderando el juego de los blancos. El Depor de Irureta -que luego protagonizaría el 'Centenariazo' ganándole la Copa al Madrid-, el Valencia del cuestionado Benítez -que a la postre sería campeón- y el Barça confuso de Rexach, eran los principales rivales de Del Bosque en la lucha por el título liguero.

Puestos en situación, leamos algunos de los extractos de una editorial del propio Relaño, creador del 'Villarato', ese mismo mes de enero al que nos referimos:

"Ya saben la letanía: los árbitros son del Madrid (aunque pasara lo de Tenerife), los comités son del Madrid (aunque haya pasado lo de Rivaldo y Romero), el bombo es del Madrid (aunque el Figueres le toque al Depor), Aznar es del Madrid, el Rey es del Madrid... Tremendo. Incluso Zidane es del Madrid. Llegados a ese punto, encima el Madrid tiene aliados en las instancias que deberían combatirle. Para un día que no gana, Barça y Valencia pierden, y convierten el empate de Málaga en un resultado apañadito. Estamos ante un complot de tan amplio espectro como el que acabó con la vida de JFK."

Magnífica la ironía de Relaño hablando del asesinato de JFK. Podría haber hablado de la muerte de Manolete y haber utilizado un término taurino, mucho más acorde a la editorial que ese día estaba vomitando. Echaba balones fuera alegando las ligas perdidas en Tenerife cuando la prensa de la periferia cuestionaba los arbitrajes supuestamente favorables al Madrid. "Incluso Zidane es del Madrid", decía, sin poder disimular su condición de madridista militante, de seguidor de club grande, incapaz de retener la soberbia de recordarle al mundo que ellos y sólo ellos, tienen el dinero y el poder de atracción suficiente para tener en sus filas al número uno. Y eso generaba envidias. Relaño lo sabía, sacaba pecho y tiraba la chinita.

"Barça y Valencia, los clubes desde cuyo entorno más voces indignadas se elevaron. Y es que no hay como la coartada victimista para desactivar a un equipo. El fútbol es difícil. Es duro, es cansado, cuesta no desfallecer. Déle excusas a un jugador o a un equipo y aflojará. Al Barça y al Valencia les han dado excusas y han aflojado."

Muy preciso Relaño definiendo lo que años después sería su malintencionada teoría. "Coartada victimista para desactivar a un equipo" me parece una acepción acertadísima para resumir el sentido del manido y cargante 'Villarato'.

"En realidad, eso de la coartada victimista es lo que ha reducido el papel histórico del Barça a su dimensión real: una Copa de Europa frente a ocho. El camino bueno es ignorar las injusticias del azar (una de cuyas formas es el arbitraje) y poner uno de su cuenta los mejores medios. El camino malo es repetirse como una letanía que al rival se le conceden favores y que juega con ventaja, porque eso equivale, justamente, a darse por vencido."

Bravo, Relaño. Después de su magnífico ejercicio irónico y de destripar el victimismo ajeno, se permite el lujo de teorizar sobre el lastre histórico que dificulta el éxito del barcelonismo: el lloriqueo, la madriditis.

Todo esto y más opinaba el pensador de teorías conspiratorias hace unos años. Villar, curiosamente, mandaba en el fútbol español. Como ahora. Sánchez Arminio, curiosamente madridista, era el jefe de los árbitros patrios. Como ahora. ¿Qué diferencia había? Que el que ganaba entonces vestía de blanco y el que gana ahora viste de azulgrana.

Y sí, ya sabemos que hay que vivir de algo, que hay que vender el As todos los días, que levantando bajas pasiones el aficionado medio entra con ardor al trapo, que de alguna manera hay que debilitar al eterno enemigo, etc. Pero no convendría contradecirse, ejercer la doble moral y poner en duda la honestidad del colectivo arbitral. Si el Real Madrid considera que la competición está adulterada, que abandone el campeonato. Y si algún iluminado tiene pruebas suficientes que demuestren tal paranoia, que lo denuncie judicialmente. Mientras tanto, deberían procurar no insultar la inteligencia del aficionado, no aburrirnos a diario con la misma cantinela estúpida y tener algo de pudor. Un mínimo de pudor, vaya, porque varios días posteriores al fuera de juego de Pedro en Gijón, infinidad de tomas de cámara distintas después y tras recurrir hasta a arquitectos para hallar el punto de fuga en la imagen, todavía no sabemos si era o no fuera de juego.

Demasiada vergüenza ajena y muy poco amor propio.
PD2: Gracias a Miguel por pasármelo.

lunes, 1 de febrero de 2010

La imagen en el fútbol




Hace un rato leía en el perfil de Facebook de un amigo la siguiente reflexión: "Ya nada es como antes. Hace 30 años los futbolistas tenían bigote y algo de barriga, no se depilaban ni se echaban gomina. En las vallas de publicidad no se anunciaba sanitas, iberdrola y samsung, la publicidad era de Veterano, whisky DYC, gin Rives y leche Pascual, cosas de la vida diaria. Ya nada es como antes.
" No entro a valorar si el cambio ha favorecido a nuestro fútbol o no, pero desde luego, el cambio es real y ha afectado a todos los estamentos de nuestro fútbol.

Que la imagen en el fútbol español tiene mucha más importancia que hace veinte años es algo que está fuera de toda duda. Ilustremos con un ejemplo: La entonces estrella del Real Madrid, Emilio Butragueño, jugaba sin calzoncillos. El astro del Real Madrid actual, que además responde a un acrónimo, se forra anunciándolos. El intrusismo de la publicidad, el marketing y la imagen en el fútbol no es malo per se, dado que responde a una demanda real de espectadores y espectadoras que comprarán unas natillas en lugar de otras si las anuncia la estrella del Atlético o se fiarán de la resistencia del 4x4 que anuncia el centrocampista todo terreno de la selección española.

Lo cierto es que la universalización de la figura del futbolista y del entorno del fútbol hace que la parafernalia que rodea a un partido de liga ya no esté dirigida sólo al perfil de varón, nacionalidad española, de 25 a 60 años, bigote frondoso, copa de brandy, cigarrillos marca Ducados, aceitunas sobre la mesa y la señora en la cocina o, en su defecto, mirando escaparates con las amigas. Es algo de lo que congratularse, porque efectivamente, el fútbol es capaz de ser entendido, analizado, discutido y sobre todo, disfrutado por cualquiera (pese a lo que piense Hugo Gatti).

Pese a ello, uno siente que cada vez el futbolista y el terreno de juego es menos importante en el fútbol. Ejemplos hay cientos: los clubes renuevan su imagen todos los años a través de su equipación (justificándolo como inspiración modernista, como recordatorio al equipo que ganó la Copa del Generalísimo en 1940 o como la imagen del Barça del futuro), y decenas de páginas web dedican todos sus esfuerzos a encontrar filtraciones de cómo será la próxima camiseta de los equipos en lugar de centrarse en quienes la vestirán; jugadores que acuden a actos de promoción de champú, posando en la alfombra roja como modelos sin quitarse sus gafas de sol marca Gucci. El problema no es que esto suceda, sino que esto sea noticia. Que el fútbol empiece a generar más noticias fuera de un estadio que dentro de él es un indicativo de que nos estamos alejando de la esencia.

Otro ejemplo: se avecinan elecciones en can Barça. Contemos la cantidad de veces que los candidatos hablarán de la imagen del club que ha dejado Laporta. Unos dirán que es el club más universal; otros, que el catalanismo del presidente ha perjudicado a la imagen del club fuera de Cataluña; unos que tienen contratos millonarios de promoción en EEUU, otros los tendrán en Corea; pero serán pocos los que hablen del futuro deportivo de la entidad. Es cierto que se presupone que el rendimiento del primer equipo es lo más importante para el club; igual de cierto es que la mitad de noticias que se generan en torno al club o son mentira o tienen muy poco que ver con el fútbol.

Un ejemplo más: los medios prestan más atención a si Cristiano Ronaldo pide perdón "al chaval este" (daba la impresión cuando lo dijo que no tenía ni idea del nombre del jugador al que había roto la nariz. Eso sí, pedir perdón limpia la imagen del futbolista), a los antecedentes en el equipo rival (para ensuciar su imagen y de paso lavar la propia) y a los antecedentes históricos (e histéricos) que al estado del jugador rival, que tiene fracturas óseas y actualmente está de baja.

La universalización del fútbol español, sumado a la Ley Bosman, ha permitido que hoy en día podamos contar en un solo partido con jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo, Kaka', Daniel Alves, Ibrahimovic, Messi, Benzema, Touré Yaya, Keita e Higuaín. Algo impensable hace 20 años, pero si cuando todos estos juegan, importa todo menos cómo juegan, el esfuerzo es vano.

miércoles, 27 de enero de 2010

Premier League: Una batalla de gigantes

















Una vez finalizada la primera vuelta de la máxima categoría inglesa, nos encontramos con una circunstancia que hacía tiempo que no se veía por las islas: una oleada de incertidumbre recorre un país acostumbrado a los equipos de gigantes.

En los últimos años, la liga inglesa se ha caracterizado por su estructura piramidal: abajo, los humildes que buscan no desecender. Un peldaño por encima, los que pelearán por entrar al Top10, y a luchar por las plazas de UEFA. A continuación vienen tres de los cuatro grandes, los que jugarán Champions y que invariablemente serán los mismos de siempre; y, en la cúspide, el gigante de la temporada, ese equipo que ha arrasado a sus competidores en cuanto a resultados, o que al menos ha mostrado ser muy superior a sus rivales en cuanto a juego.

A la memoria vienen equipos como el Manchester del trébol, con Becks, Giggs, Scholes o Roy Keane en la cima de sus carreras; también tenemos al Arsenal de los Invencibles, que consiguieron una hazaña que aún no ha sido igualada por ninguna otra plantilla. A éste le sucedió el Chelsea de Mourinho, una máquina de ganar inspirada por un entrenador tan polémico como eficaz. Finalmente, Sir Alex Ferguson retomó el control de la Premier gracias a la eclosión del crack al que había estado mimando y preparando durante los últimos años, el joven Cristiano Ronaldo.

Este paseo retrospectivo por las dos últimas décadas nos deja un dato revelador: Desde que la Premier cambiara su formato, estos tres equipos se han repartidos todos los títulos (excepto el de la 94/95, que hizo justicia al Blackburn de Shearer, al que habría que dedicar una entrada entera). Este año, no aprece que la cosa vaya a cambiar; sin embargo, nos encontramos a estos tres gigantes más igualados que nunca, a una distancia considerable del cuarto puesto y de las peleas de los equipos "normales".

Prácticamente empatados a puntos, los tres grandes se mantiene en la brecha, sin que ninguno supere al otro. A veces, parece que el Chelsea se llevará el trofeo de la mano de Ancelotti, un técnico que llegó con cierta polémica, tras años de críticas en Milán y que parece demostrar que el declive rossonero en los últimos años no era enteramente responsabilidad suya. Su equipo vuelve a jugar ese fútbol eficaz que practicaba con Mourinho, con el añadido extra de la prudencia y experiencia de un viejo zorro del Calcio.

En otros tramos, podría ser el Arsenal el que se lleve el gato el agua. Tras un largo periodo de renovación, este año las cosas no parecían pintar bien para Wenger con la marcha de dos puntales del equipo, el goleador Adebayor y el pilar central, Kolo Touré. Sin embargo, el técnico alsaciano reinventó a su equipo por enésima vez, manteniendo el estilo que le ha dado la fama, volviendo a tirar de veinteañeros para completar la plantilla, y del liderzago de un Cesc que cada día se parece más a lo que prometía en su juventud: un crack de categoría mundial.

Finalmente, nos encontramos con el de siempre, el Manchester de Sir Alex. Acostumbrado a su juego abusivo de las pasadas temporadas, nos encontramos con un equipo debilitado, que todavía está decidiendo a que jugador echa más en falta, si a Ronaldo o a Tévez. Pese a sus insuficientes refuerzos, con un Owen que no es ni la sombra de lo que fue y un Valencia que no está a la altura de las exigencias, sigue teniendo una plantilla capaz de ganar a cualquiera, con un Giggs que ha perdido diez años este verano, y un Rooney que ha dejado de estar a la sombra de otros y ahora se revela como uno de los motores del equipo.

Cuando uno flojea, los otros aprovechan para sacar ventaja; despues éste se recupera y los alcanza... Así llevan jugando toda la primera vuelta, y no parece que la cosa vaya a cambiar radicalmente en esta segunda ronda, para regocijo de los espectadores, que sin duda disfrutarán de este duelo de gigantes donde sólo puede quedar uno.

lunes, 25 de enero de 2010

Benitez en la cuerda floja






Rafa Benitez está pasando su momento más complicado como entrenador red, eso es un hecho que poca gente puede discutir, hace poco incluso se habló de que Hiddink sería el elegido para dar el relevo al técnico madrileño. Vamos a intentar analizar las causas por las que se ha llegado a
esta situación.


En Inglaterra la figura imperante en los banquillos es la del manager, esto es, a diferencia de
España, el entrenador tiene que, también, formar la plantilla, pasa de ser un asesor a ser parte
ejecutiva en este aspecto, sus funciones crecen y su responsabilidad también, pero tiene la
legendaria paciencia inglesa de su parte, los proyectos suelen ser a medio plazo (esto vá
desapareciendo, pero eso es otro tema) y no se vive tanto con la inmediatez española.


Benitez comenzó su andadura en el Liverpool habiendo demostrado ser un muy buen entrenador en el Valencia pero sin tener probada su faceta de manager. Sus primeras temporadas en Anfield confirmaron las impresiones iniciales, demostró ser un excelente entrenador, una de las mejores
pizarras del mundo pero sus dotes como constructor de plantillas quedaron en seguida en
entredicho. Por numerosas páginas de internet circulan listas de fichajes realizados en la era
Benitez y se ve la gran cantidad de luces y sombras, con predominio de estas últimas que
acompañan al madrileño, resultado, pasadas 5 temporadas, la plantilla tiene graves carencias que repercuten incisivamente en el rendimiento del club.


Más que a estrellas contrastadas, se ha intentado fichar jugadores prometedores o sin explotar
(exceptuando el caso de Torres, claro está),se buscaba que la mejor parte de la carrera del
jugador pasara en Anfield, esto es una apuesta arriesgada, hay que tener un ojo clínico muy
avezado, cosa que se ha demostrado que no se tiene. El gasto en estos fichajes ha sido bastante
elevado, no a la altura de los más grandes de Europa, pero tampoco tan parco como para sólo
fichar jugadores desconocidos.


Al ser un proyecto a medio plazo, Benitez emprendió la tarea de reformar las categorías
inferiores, fichando nuevos talentos en el extranjero, esto también ha fracasado, muy pocos
jugadores fichados para los juveniles han tenido la ocasión de debutar con el primer equipo, el
Liverpool tampoco es una referencia, ahora mismo, en cuanto a calidad de cantera.


Mención especial requiere la temporada pasada, el equipo comenzó jugando bien y consiguiendo
grandes resultados, los automatismos defensivos estaban tan trabajados que era muy difícil
superar a los red, esto permitía cierto desparpajo ofensivo que trajo consigo pinchar menos
contra los equipos pequeños y seguir siendo competitivo con los grandes. La falta de fondo en la
plantilla trajo consigo el que al haber algunas bajas (de la importancia de Torres, eso sí) el
rendimiento del equipo se resintiera en exceso.


En definitiva, hasta que ha bastado con su talento de entrenadro (que lo tiene y en gran
cantidad), el Liverpool ha sido un equipo temible en eliminatoria directa y le ha dado para
clasificarse para la champions, ahora que se está viendo la gestión a medio plazo llena de
lagunas y puntos negros, seguramente la trayectoria de Benitez está tocando a su fin, el técnico
madrileño conservará el cariño de Anfield pero veremos si su caché sigue siendo el mismo.

lunes, 18 de enero de 2010

Renovando objetivos


El 2010 ha comenzado de forma confusa para el Barcelona. El Villarreal abrió el telón y consiguió puntuar en el Camp Nou en el primer partido de liga en el que los de Guardiola lo pasaron realmente mal. A continuación, ha sido el Sevilla el que ha dejado claro al Barcelona que repetir los éxitos de 2009 será imposible. Lo cierto es que las victorias contundentes ante Tenerife y Sevilla, ampliando la ventaja sobre el Madrid a 5 puntos, y el buen sabor de boca dejado por los culés en el Sánchez Pizjuán el pasado miércoles han dejado en parte del barcelonismo la sensación de que la derrota de Copa es un mal menor, en una actitud impropia de quien viene de ganarlo todo.

Para muchos barcelonistas, la eliminación de Copa parece un alivio. La plantilla blaugrana es corta y consideran que las eliminatorias sucesivas de Copa del Rey desgastarían al plantel y lo debilitarían de cara a objetivos mayores. Esa actitud es impropia del actual campeón de todo. El Barcelona el año pasado se proclamó campeón de Europa, y lo hizo sin dejar de lado la Liga ni la Copa. De hecho, consiguió ganar tres títulos menores ya comenzado el nuevo curso y no por ello el equipo se ha resentido en Champions League o Liga BBVA, liderando la tabla en ambas competiciones. Para Pep, el cansancio acumulado tiene una solución: la intensidad. El año pasado el Barcelona se enfrentó, a final de temporada, a equipos que sí se reservaban para llegar más frescos a jugar contra los blaugrana. Chelsea y Mallorca venían mejor preparados que el Barça para afrontar las eliminatorias de Liga de Campeones y Copa del Rey, pero el Barça supo aguantar las dificultades y gracias a un nivel altísimo de concentración, aprovechar las fisuras que mostraron sus rivales.

No considero que una temporada sin ganar la Copa del Rey sea un fracaso, pero el mensaje no debe ser de conformismo. El Barcelona hizo historia la pasada primavera al consumar su triplete en Roma, y no por ello cayó en la autocomplacencia. Siguió trabajando duro y consiguió comerse el turrón hexafeliz (palabra pendiente de aprobación de Joan Laporta, lingüista). El Barcelona ha demostrado que siempre puede aspirar a más y que de hecho, debe hacerlo. Tiene ante sí una oportunidad irrepetible de hacer historia, y el conformarse este año con ganar la Champions en el Bernabéu o superar al Madrid galáctico en Liga supone rendirse demasiado pronto. El aficionado culé debe dejar de pensar que el Barcelona es el equipo de los 6 títulos, sino que debe renovar objetivos y pensar que el equipo puede hacerse con todo de nuevo. Si a cada derrota del Barça se le coloca el atenuante de que el año pasado fue una victoria, dentro de pocas semanas no habrá títulos que disputar.

Ahora bien, todo lo anterior no es incompatible con el hecho de que el 2009 es un año irrepetible para el Barcelona. La cuestión no es que si no se repiten los superlativos éxitos del año pasado el proyecto habrá fracasado estrepitosamente, pero poner la mente en mayo pensando en conseguir algún título, compararse con el Madrid, o pensar que en según qué partidos hay que guardar la ropa para llegar frescos al mes que viene es el primer gran fracaso del barcelonismo en 2010.

sábado, 16 de enero de 2010

El Madrid pierde comba en 2010
















Tras un correcto inicio de campaña, ahora parece que el Madrid empieza a flaquear fuera de casa.

Se suponía que enero iba a servir para que el Madrid recortara puntos con respecto al Barça, o que incluso se pusiera líder, aprovechando el desgaste de Copa de los culés.

Pero nada más lejos de la realidad. En vez de apretarle las tuercas al Barça, ha flaqueado de forma considerable fuera del Bernabéu.

En Pamplona, cosechó un empate, y gracias, porque el equipo no carburó en ningún momento, y no se tuvieron apenas ocasiones de gol.

Y hoy en Bilbao, el equipo sí que gozó de las ocasiones para ganar el partido, incluso fue mejor que el Athletic, pero un gran Gorka Iraizoz las desbarató una por una.

Y ojo a navegantes, que la siguiente salida, es Coruña, el peor campo de todos para el Madrid, en los últimos años. Si el Madrid no gana en territorio gallego, se corre un riesgo severo de que el Barça se escape en la clasificación, e inicie la segunda vuelta con más de 5 puntos de ventaja, lo cual es una distancia ya tangible dada la calidad del equipo azulgrana.

jueves, 14 de enero de 2010

La democracia en el fútbol




Hace más de 30 años que en este país tenemos democracia, los ciudadanos elegimos con nuestro voto a los gobernantes, es un sistema político en el cúal el poder reside en el pueblo.

Este sistema no se ha sabido llevar a cabo en el fútbol, en él, como en cualquier empresa privada, impera la dictadura del dinero, el socio aquí tiene poquito que ver quitando el pagar rigurosamente su cuota anual, su función queda relegada a un mero método de ingresos del club. Hace unos años, se obligó por parte del gobierno a que los clubes fueran SAD para tener una persona física que se hiciera responsable si las cuentas no salían. Es triste que se tuviera que llegar a esto, pero casos como los del Málaga y el Burgos obligaron a ello.

Con esta medida, en la práctica se consiguió que diversas dinastías de empresarios se pusieran al frente de los clubes españoles sin casi ninguna posibilidad de ser sustituidos en el caso de no hacer una gestión correcta. El socio y no digamos ya el aficionado, queda completamente indefenso ante la directiva de su club favorito, sólo le queda manifestarse y llenar de pañuelos las gradas.

Muchos empresarios (la mayoría relacionados con la construcción) aprovecharon la situación para adquirir equipos y hacer con ellos lo que les venía en gana, normalmente operaciones urbanísticas beneficiosas y comisiones superlativas en los fichajes, todo en beneficio propio, por supuesto.

Gestionar un equipo de fútbol es algo extremadamente complicado, hay muchísimos factores a tener en cuenta y muchísimo dinero en juego, en esta sociedad, lo más normal es que si alguien gestiona alguna entidad que mueve mucho dinero, la corrupción y el aprovechamiento del cargo normalmente están por encima de mejorar el funcionamiento de la misma, eso en el fútbol pasa exactamente igual, con lo que tenemos un montón de casos de equipos mal gestionados que están en una especie de vía muerta, no es posible un cambio de timón (menos con la crisis) y la única alternativa es seguir con la mala gestión.

Sería muy complicado devolver el fútbol al pueblo, de hecho una de las evoluciones más importantes que ha sufrido en los últimos 15 años es el verse como una industria del entretenimiento, con las ventajas e inconvenientes que esto lleva, y esto sólo se puede gestionar como una empresa privada.

Seguramente no se puede cambiar esto, pero me parece importante reseñarlo, la ilusión de millones de personas está ahora mismo en manos de 20 empresarios que no tienen nada que ver con la masa social de sus equipos (exceptuando Barça, Madrid y Athletic), es una moneda al aire que al club de tus amores le toque un empresario serio o uno que sólo quiera lucrarse con el equipo y tu ni los aficionados de tu equipo podéis hacer nada.


lunes, 11 de enero de 2010

Zidane, el mito


Zidane, como el resto de mitos, parece eximido de todo análisis objetivo. Zidane, como otras leyendas de muchos ámbitos, está destinado a elevarse en el imaginario colectivo por encima de la crítica, del pero y del matiz. Zidane, y el que lo dude es un insensible futbolístico amigo de la blasfemia, forma parte del Olimpo por derecho natural. O por decreto ley.

No cabe duda del poder de atracción que Zidane ejercía en el público. La coordinación corporal del francés, así como su privilegiado sentido espacial en el terreno de juego hacían de él un jugador fundamentalmente estético, para lo bueno y para lo malo si tenemos en cuenta que el fútbol, al fin y al cabo, es un entretenimiento. Un derroche de elegancia y distinción en un contexto futbolístico tendente a la potenciación física por encima del talento o abundante en dobles pivotes.
Su forma de controlar el balón, bajarlo al piso y acariciarlo con la bota para ponerlo en disposición de ser nuevamente jugado era, sencillamente, extraordinaria.
Todo ello bien sintetizado en el sinfín de controles imposibles que copan la red de vídeos en honor al jugador y ejemplificado en golazos como el conseguido en un Madrid vs Depor el día de Reyes de 2002 o el zurdazo que le dio a los blancos la Novena.

Además, por si fuera poca la unanimidad sobre la trascendencia de su figura, cabe recordar la determinación en momentos clave como la final del Mundial galo de 1998 en la que marca dos goles de cabeza, el citado golazo en la última final europea ganada por los madridistas ante el Bayer Leverkusen en Glasgow o el liderazgo en el duelo ante Brasil en Alemania 2006, en sus últimos días como profesional.

Todo cierto. Ni un pero. Los comentados, son elementos incuestionables y tangibles. Lo que sí es cuestionable es la catalogación irreprochable de Zidane como el Quinto Grande -por detrás de Pelé, Maradona, Di Stéfano y Cruyff-.

Decía Lippi, entrenador del futbolista en su etapa en la Juventus, que Zidane no explotaba prácticamente ni la mitad de su potencial pese a ser una primera figura en su época. Lippi le conocía bien y creo que tenía razón.
Dejando a un lado su efectismo casi hipnótico para el aficionado, toca analizar su efectividad como jugador.
Excepcionalmente, anotó dos goles de cabeza decisivos en la final mundialista pero, pese a su imponente envergadura, jamás fue un cabeceador notable.
Posicionalmente, convendríamos que su posición natural era la de mediapunta anárquico. Y precisamente esa anarquía basada en su genialidad puntual, afianzaba sus particularidades. Pese a ser mediapunta, ni era todo lo goleador que podría haber sido ni todo lo asistente que debería. Pongamos dos ejemplos más o menos coetáneos al francés: Xavi y Kakà.
Xavi, jugando algunos metros por detrás en el terreno de juego, gobierna el partido, es un asistente consumado y progresivamente ha ido aumentando sus registros goleadores a la vez que maduraba su carrera. Kakà, por su parte, sin incidir prácticamente nada en el juego de elaboración, rara vez ha bajado de los quince goles por temporada.
Jamás Zidane tuvo ni la incidencia en el juego de Xavi ni la aportación goleadora de Kakà.
Tampoco el dominio del balón parado ni la inteligencia para la adaptación de un jugador como Pirlo, segundo punta al que Ancelotti reconvirtió a mediocentro para fortuna del aficionado, de su club y del propio futbolista.
Ni el poderoso disparo de media distancia de otros contemporáneos como Lampard y Gerrard, sobre todo Gerrard.
Ni el último pase de un compañero suyo, Guti, que sí era capaz de meter quince goles en una Liga o rondar las veinte asistencias si tenía continuidad. Y a Guti, por cierto, jamás le hubieran perdonado sus detractores que osase tirar un penalti decisivo a lo Panenka (lo hubieran tachado de frivolidad y de riesgo innecesario) o se autoexpulsase en una rabieta adolescente en un mismo partido, la final del Mundial (le hubieran tachado de indisciplinado que no piensa en el bien del equipo).

Tampoco, y perdonénme los madridistas más acérrimos, el impacto de los dos años grandes de Ronaldinho (2005-2006). Jamás Zidane fue tan ampliamente reconocido como Rey de Reyes al mismo nivel que el ex-azulgrana en esos dos cursos. Ni tan ámpliamente reconocido como Ronaldo en los dos que dominó él (1997-1998) o como Messi en la actualidad.

Por ello y por mucho más, me parece fuera de lugar situar a Zidane entre el elenco de los cinco jugadores más trascendentes de la historia del fútbol. Que el reciente buen gusto de la exquisitez de Zidane no nos impida ver el bosque. Porque en el bosque hay árboles más imponentes y longevos como Beckenbahuer, Ronaldo, Messi, Puskas, Van Basten o su compatriota Platini.

jueves, 7 de enero de 2010

Raúl, una especie en extinción


Raúl es sobresaliente ganando la espalda al adversario, muy listo en la segunda jugada, tiene intuición, llegada y definición en un toque. Dentro de un equipo técnicamente portentoso, si el número de toques aumentaba, su fútbol es deficitario. Tiene un déficit de calidad que se hace muy evidente en momentos en los que psicológicamente no está considerado (por él mismo) poderoso.

La ausencia de espacio o la crítica desconocida hacia él tiene una repercusión brutal en su principal cualidad: la determinación. Sin ella, Raúl se convierte en un jugador que baja a dos cuartos, que juega fácil a no perder balones y que rehuye el juego en tres cuartos. Su juego intenta que el aficionado vea más su esfuerzo que su fútbol. Al disminuir la fortaleza psicológica, ha perdido la determinación.

Raúl no tiene otro registro, no puede sobrevivir a las circunstancias porque no tiene la calidad técnica de Guti, ni puede vencer a la crítica con otro tipo de fútbol. Raúl no tiene uno contra uno, ni es extraordinario en el último pase. Todos los que lo vieron en su etapa juvenil, saben que si hablamos de talento innato debemos recurrir a José María Gutiérrez.

El capitán blanco es limitación, pero también ejemplo de inteligencia y de mezcla. El siete es un jugador que, a nivel táctico, busca leer el partido. Si el partido no va con el toque, tira dos pelotazos y busca juego directo; si el contrario es superior la consigna es máxima voluntad, máximo esfuerzo, achica agua si fuera necesario.

El siete merengue es una especie en extinción. El mejor estado para competir es en el que confías en tus posibilidades pero sabes que si te duermes vas directo al banquillo y el equipo no va a sufrir. Eso te mata. Si te sientes indiscutible y tu carrera ha tocado techo, es frecuente perder la tensión ya que tiene la experiencia necesaria para dosificar.

miércoles, 6 de enero de 2010

El infortunio del FC Barcelona ante un serio rival


El factor Chygrynskiy.
El ucraniano, pieza indiscutible para Pep Guardiola, no tuvo su noche. Fuera de lo meramente extradeportivo, es indiscutible su facilidad para distribuir la pelota. Toda jugada azulgrana comienza desde el centro de la defensa, los centrales son parte activa de la elaboración de las jugadas. Pudo dar fluidez al juego en momentos de lentitud, pero necesita velocidad a su lado. Se caracteriza por ser un central técnico, además de ser un joven futbolista.

La vuelta de Gabi Milito. Una de las notas positivas fue la titularidad de Gabi Milito después de tanto tiempo en el dique seco. El central argentino Gabi Milito volvió a disputar un partido oficial después de más de año y medio de su grave lesión de rodilla.

Presión y línea adelantada, bazas sevillistas. Una de las bazas del Barça es monopolizar la posesión de balón, una cualidad que odia el rival. Para ello, el Sevilla FC tuvo que subir líneas y empezar -casi- la presión en el área azulgrana. A medida que transcurren los encuentros, son más los equipos que deciden subir al colectivo a zona de tres cuartos. Atrás quedó el repliegue intensivo en el propio campo, dar la pelota al FC Barcelona y esperar a tener una jugada de peligro al contraataque. Además, la línea adelantada genera confusión en el medio y suma muchos futbolistas, lo que genera un atasco. Nadie puede pensar fácil, necesita que se realice algún movimiento de desmarque de los compañeros. No todo lo anterior es ventajoso. El gol de Ibrahimovic se produjo gracias a un error de concentración de la línea defensiva, que no adelantó su posición para dejar en fuera de juego al sueco.

Transiciones lentas, poca eficacia azulgrana. Nadie descubrirá hoy el estilo de juego de los pupilos de Pep Guardiola. La realidad es que, sin velocidad en las transiciones, su juego se convierte en previsible y monótono. Mientras se mantiene el mismo estilo que deslumbró a medio mundo, los rivales cambian sus sistemas para hacer frente a los azulgranas. Jugar con el mismo esquema táctico y en base a unos principios es meritorio; no cambiar la metodología da ventajas al rival, te estudiarán los errores y buscarán hacerte daño buscándote los defectos.

viernes, 1 de enero de 2010

Vuelve el fútbol


Con la llegada del nuevo año termina el insufrible parón navideño, aderezado en vano por pachangas infumables, torneos de alevines con veinteañeros africanos infiltrados y amistosos de selecciones autonómicas, que sirven poco más que para medir cada año la afinidad del público de según qué autonomías con la idea de la segmentación de la selección española (en realidad no me ha quedado claro aún si lo que se pide es una selección para cada Comunidad Autónoma o una selección española y dos o tres que se separan).

Por fin este fin de semana vuelve la liga, que servirá en España para reanudar un campeonato parado durante dos semanas en las que si aguantar a familiares bebidos o jefes intentando parecer simpáticos en las insoportables cenas navideñas no era suficiente, a los futboleros nos han privado del maravilloso verde de un campo de fútbol y el sonido de un narrador cantando goles en nuestros televisores sustituyéndolos por el blanco nevado de las películas navideñas de Tim Allen y Raphael cantando El Tamborilero.

Calmada ya nuestra desazón por la ausencia de fútbol en las últimas semanas, es momento de situarnos en el calendario futbolístico y analizar lo que viene. La Liga está bonita, con un Madrid ascendente al acecho de un Barça que se enfrentará en las próximas jornadas a Villarreal y Sevilla y que intentará conseguir el honorífico campeonato de invierno cuando llegue el ecuador de la competición, que será momento para hacer una valoración exhaustiva del ejercicio 2009-2010. Otro de los platos fuertes en el comienzo de año será la Copa del Rey, con un estelar Sevilla-Barcelona el día de Reyes y una semana más tarde la vuelta en el Camp Nou. El ganador se enfrentará ante el ganador del otro gran duelo de octavos, el Valencia-Deportivo. Y en Febrero, vuelve la Champions, donde Sevilla y, sobre todo, Barcelona y Real Madrid intentarán asaltar la orejona en la finalísima del Bernabéu del próximo 22 de mayo.

Pero el plato fuerte del año será el mundial que se celebrará en Sudáfrica. La Copa del Mundo viajará por primera vez al continente negro donde 32 equipos harán las delicias de los aficionados para alcanzar la gloria futbolística. Los europeos España, Inglaterra, Alemania, Francia y la actual campeona Italia, y Brasil y Argentina representando a América son los grandes favoritos al entorchado mundial, aunque los africanos juegan en casa por primera vez y puede que tengan mucho que decir.

En definitiva, 2010 viene cargado de fútbol y aquí estaremos para disfrutarlo y analizarlo. Feliz y futbolero 2010.