miércoles, 27 de enero de 2010

Premier League: Una batalla de gigantes

















Una vez finalizada la primera vuelta de la máxima categoría inglesa, nos encontramos con una circunstancia que hacía tiempo que no se veía por las islas: una oleada de incertidumbre recorre un país acostumbrado a los equipos de gigantes.

En los últimos años, la liga inglesa se ha caracterizado por su estructura piramidal: abajo, los humildes que buscan no desecender. Un peldaño por encima, los que pelearán por entrar al Top10, y a luchar por las plazas de UEFA. A continuación vienen tres de los cuatro grandes, los que jugarán Champions y que invariablemente serán los mismos de siempre; y, en la cúspide, el gigante de la temporada, ese equipo que ha arrasado a sus competidores en cuanto a resultados, o que al menos ha mostrado ser muy superior a sus rivales en cuanto a juego.

A la memoria vienen equipos como el Manchester del trébol, con Becks, Giggs, Scholes o Roy Keane en la cima de sus carreras; también tenemos al Arsenal de los Invencibles, que consiguieron una hazaña que aún no ha sido igualada por ninguna otra plantilla. A éste le sucedió el Chelsea de Mourinho, una máquina de ganar inspirada por un entrenador tan polémico como eficaz. Finalmente, Sir Alex Ferguson retomó el control de la Premier gracias a la eclosión del crack al que había estado mimando y preparando durante los últimos años, el joven Cristiano Ronaldo.

Este paseo retrospectivo por las dos últimas décadas nos deja un dato revelador: Desde que la Premier cambiara su formato, estos tres equipos se han repartidos todos los títulos (excepto el de la 94/95, que hizo justicia al Blackburn de Shearer, al que habría que dedicar una entrada entera). Este año, no aprece que la cosa vaya a cambiar; sin embargo, nos encontramos a estos tres gigantes más igualados que nunca, a una distancia considerable del cuarto puesto y de las peleas de los equipos "normales".

Prácticamente empatados a puntos, los tres grandes se mantiene en la brecha, sin que ninguno supere al otro. A veces, parece que el Chelsea se llevará el trofeo de la mano de Ancelotti, un técnico que llegó con cierta polémica, tras años de críticas en Milán y que parece demostrar que el declive rossonero en los últimos años no era enteramente responsabilidad suya. Su equipo vuelve a jugar ese fútbol eficaz que practicaba con Mourinho, con el añadido extra de la prudencia y experiencia de un viejo zorro del Calcio.

En otros tramos, podría ser el Arsenal el que se lleve el gato el agua. Tras un largo periodo de renovación, este año las cosas no parecían pintar bien para Wenger con la marcha de dos puntales del equipo, el goleador Adebayor y el pilar central, Kolo Touré. Sin embargo, el técnico alsaciano reinventó a su equipo por enésima vez, manteniendo el estilo que le ha dado la fama, volviendo a tirar de veinteañeros para completar la plantilla, y del liderzago de un Cesc que cada día se parece más a lo que prometía en su juventud: un crack de categoría mundial.

Finalmente, nos encontramos con el de siempre, el Manchester de Sir Alex. Acostumbrado a su juego abusivo de las pasadas temporadas, nos encontramos con un equipo debilitado, que todavía está decidiendo a que jugador echa más en falta, si a Ronaldo o a Tévez. Pese a sus insuficientes refuerzos, con un Owen que no es ni la sombra de lo que fue y un Valencia que no está a la altura de las exigencias, sigue teniendo una plantilla capaz de ganar a cualquiera, con un Giggs que ha perdido diez años este verano, y un Rooney que ha dejado de estar a la sombra de otros y ahora se revela como uno de los motores del equipo.

Cuando uno flojea, los otros aprovechan para sacar ventaja; despues éste se recupera y los alcanza... Así llevan jugando toda la primera vuelta, y no parece que la cosa vaya a cambiar radicalmente en esta segunda ronda, para regocijo de los espectadores, que sin duda disfrutarán de este duelo de gigantes donde sólo puede quedar uno.

lunes, 25 de enero de 2010

Benitez en la cuerda floja






Rafa Benitez está pasando su momento más complicado como entrenador red, eso es un hecho que poca gente puede discutir, hace poco incluso se habló de que Hiddink sería el elegido para dar el relevo al técnico madrileño. Vamos a intentar analizar las causas por las que se ha llegado a
esta situación.


En Inglaterra la figura imperante en los banquillos es la del manager, esto es, a diferencia de
España, el entrenador tiene que, también, formar la plantilla, pasa de ser un asesor a ser parte
ejecutiva en este aspecto, sus funciones crecen y su responsabilidad también, pero tiene la
legendaria paciencia inglesa de su parte, los proyectos suelen ser a medio plazo (esto vá
desapareciendo, pero eso es otro tema) y no se vive tanto con la inmediatez española.


Benitez comenzó su andadura en el Liverpool habiendo demostrado ser un muy buen entrenador en el Valencia pero sin tener probada su faceta de manager. Sus primeras temporadas en Anfield confirmaron las impresiones iniciales, demostró ser un excelente entrenador, una de las mejores
pizarras del mundo pero sus dotes como constructor de plantillas quedaron en seguida en
entredicho. Por numerosas páginas de internet circulan listas de fichajes realizados en la era
Benitez y se ve la gran cantidad de luces y sombras, con predominio de estas últimas que
acompañan al madrileño, resultado, pasadas 5 temporadas, la plantilla tiene graves carencias que repercuten incisivamente en el rendimiento del club.


Más que a estrellas contrastadas, se ha intentado fichar jugadores prometedores o sin explotar
(exceptuando el caso de Torres, claro está),se buscaba que la mejor parte de la carrera del
jugador pasara en Anfield, esto es una apuesta arriesgada, hay que tener un ojo clínico muy
avezado, cosa que se ha demostrado que no se tiene. El gasto en estos fichajes ha sido bastante
elevado, no a la altura de los más grandes de Europa, pero tampoco tan parco como para sólo
fichar jugadores desconocidos.


Al ser un proyecto a medio plazo, Benitez emprendió la tarea de reformar las categorías
inferiores, fichando nuevos talentos en el extranjero, esto también ha fracasado, muy pocos
jugadores fichados para los juveniles han tenido la ocasión de debutar con el primer equipo, el
Liverpool tampoco es una referencia, ahora mismo, en cuanto a calidad de cantera.


Mención especial requiere la temporada pasada, el equipo comenzó jugando bien y consiguiendo
grandes resultados, los automatismos defensivos estaban tan trabajados que era muy difícil
superar a los red, esto permitía cierto desparpajo ofensivo que trajo consigo pinchar menos
contra los equipos pequeños y seguir siendo competitivo con los grandes. La falta de fondo en la
plantilla trajo consigo el que al haber algunas bajas (de la importancia de Torres, eso sí) el
rendimiento del equipo se resintiera en exceso.


En definitiva, hasta que ha bastado con su talento de entrenadro (que lo tiene y en gran
cantidad), el Liverpool ha sido un equipo temible en eliminatoria directa y le ha dado para
clasificarse para la champions, ahora que se está viendo la gestión a medio plazo llena de
lagunas y puntos negros, seguramente la trayectoria de Benitez está tocando a su fin, el técnico
madrileño conservará el cariño de Anfield pero veremos si su caché sigue siendo el mismo.

lunes, 18 de enero de 2010

Renovando objetivos


El 2010 ha comenzado de forma confusa para el Barcelona. El Villarreal abrió el telón y consiguió puntuar en el Camp Nou en el primer partido de liga en el que los de Guardiola lo pasaron realmente mal. A continuación, ha sido el Sevilla el que ha dejado claro al Barcelona que repetir los éxitos de 2009 será imposible. Lo cierto es que las victorias contundentes ante Tenerife y Sevilla, ampliando la ventaja sobre el Madrid a 5 puntos, y el buen sabor de boca dejado por los culés en el Sánchez Pizjuán el pasado miércoles han dejado en parte del barcelonismo la sensación de que la derrota de Copa es un mal menor, en una actitud impropia de quien viene de ganarlo todo.

Para muchos barcelonistas, la eliminación de Copa parece un alivio. La plantilla blaugrana es corta y consideran que las eliminatorias sucesivas de Copa del Rey desgastarían al plantel y lo debilitarían de cara a objetivos mayores. Esa actitud es impropia del actual campeón de todo. El Barcelona el año pasado se proclamó campeón de Europa, y lo hizo sin dejar de lado la Liga ni la Copa. De hecho, consiguió ganar tres títulos menores ya comenzado el nuevo curso y no por ello el equipo se ha resentido en Champions League o Liga BBVA, liderando la tabla en ambas competiciones. Para Pep, el cansancio acumulado tiene una solución: la intensidad. El año pasado el Barcelona se enfrentó, a final de temporada, a equipos que sí se reservaban para llegar más frescos a jugar contra los blaugrana. Chelsea y Mallorca venían mejor preparados que el Barça para afrontar las eliminatorias de Liga de Campeones y Copa del Rey, pero el Barça supo aguantar las dificultades y gracias a un nivel altísimo de concentración, aprovechar las fisuras que mostraron sus rivales.

No considero que una temporada sin ganar la Copa del Rey sea un fracaso, pero el mensaje no debe ser de conformismo. El Barcelona hizo historia la pasada primavera al consumar su triplete en Roma, y no por ello cayó en la autocomplacencia. Siguió trabajando duro y consiguió comerse el turrón hexafeliz (palabra pendiente de aprobación de Joan Laporta, lingüista). El Barcelona ha demostrado que siempre puede aspirar a más y que de hecho, debe hacerlo. Tiene ante sí una oportunidad irrepetible de hacer historia, y el conformarse este año con ganar la Champions en el Bernabéu o superar al Madrid galáctico en Liga supone rendirse demasiado pronto. El aficionado culé debe dejar de pensar que el Barcelona es el equipo de los 6 títulos, sino que debe renovar objetivos y pensar que el equipo puede hacerse con todo de nuevo. Si a cada derrota del Barça se le coloca el atenuante de que el año pasado fue una victoria, dentro de pocas semanas no habrá títulos que disputar.

Ahora bien, todo lo anterior no es incompatible con el hecho de que el 2009 es un año irrepetible para el Barcelona. La cuestión no es que si no se repiten los superlativos éxitos del año pasado el proyecto habrá fracasado estrepitosamente, pero poner la mente en mayo pensando en conseguir algún título, compararse con el Madrid, o pensar que en según qué partidos hay que guardar la ropa para llegar frescos al mes que viene es el primer gran fracaso del barcelonismo en 2010.

sábado, 16 de enero de 2010

El Madrid pierde comba en 2010
















Tras un correcto inicio de campaña, ahora parece que el Madrid empieza a flaquear fuera de casa.

Se suponía que enero iba a servir para que el Madrid recortara puntos con respecto al Barça, o que incluso se pusiera líder, aprovechando el desgaste de Copa de los culés.

Pero nada más lejos de la realidad. En vez de apretarle las tuercas al Barça, ha flaqueado de forma considerable fuera del Bernabéu.

En Pamplona, cosechó un empate, y gracias, porque el equipo no carburó en ningún momento, y no se tuvieron apenas ocasiones de gol.

Y hoy en Bilbao, el equipo sí que gozó de las ocasiones para ganar el partido, incluso fue mejor que el Athletic, pero un gran Gorka Iraizoz las desbarató una por una.

Y ojo a navegantes, que la siguiente salida, es Coruña, el peor campo de todos para el Madrid, en los últimos años. Si el Madrid no gana en territorio gallego, se corre un riesgo severo de que el Barça se escape en la clasificación, e inicie la segunda vuelta con más de 5 puntos de ventaja, lo cual es una distancia ya tangible dada la calidad del equipo azulgrana.

jueves, 14 de enero de 2010

La democracia en el fútbol




Hace más de 30 años que en este país tenemos democracia, los ciudadanos elegimos con nuestro voto a los gobernantes, es un sistema político en el cúal el poder reside en el pueblo.

Este sistema no se ha sabido llevar a cabo en el fútbol, en él, como en cualquier empresa privada, impera la dictadura del dinero, el socio aquí tiene poquito que ver quitando el pagar rigurosamente su cuota anual, su función queda relegada a un mero método de ingresos del club. Hace unos años, se obligó por parte del gobierno a que los clubes fueran SAD para tener una persona física que se hiciera responsable si las cuentas no salían. Es triste que se tuviera que llegar a esto, pero casos como los del Málaga y el Burgos obligaron a ello.

Con esta medida, en la práctica se consiguió que diversas dinastías de empresarios se pusieran al frente de los clubes españoles sin casi ninguna posibilidad de ser sustituidos en el caso de no hacer una gestión correcta. El socio y no digamos ya el aficionado, queda completamente indefenso ante la directiva de su club favorito, sólo le queda manifestarse y llenar de pañuelos las gradas.

Muchos empresarios (la mayoría relacionados con la construcción) aprovecharon la situación para adquirir equipos y hacer con ellos lo que les venía en gana, normalmente operaciones urbanísticas beneficiosas y comisiones superlativas en los fichajes, todo en beneficio propio, por supuesto.

Gestionar un equipo de fútbol es algo extremadamente complicado, hay muchísimos factores a tener en cuenta y muchísimo dinero en juego, en esta sociedad, lo más normal es que si alguien gestiona alguna entidad que mueve mucho dinero, la corrupción y el aprovechamiento del cargo normalmente están por encima de mejorar el funcionamiento de la misma, eso en el fútbol pasa exactamente igual, con lo que tenemos un montón de casos de equipos mal gestionados que están en una especie de vía muerta, no es posible un cambio de timón (menos con la crisis) y la única alternativa es seguir con la mala gestión.

Sería muy complicado devolver el fútbol al pueblo, de hecho una de las evoluciones más importantes que ha sufrido en los últimos 15 años es el verse como una industria del entretenimiento, con las ventajas e inconvenientes que esto lleva, y esto sólo se puede gestionar como una empresa privada.

Seguramente no se puede cambiar esto, pero me parece importante reseñarlo, la ilusión de millones de personas está ahora mismo en manos de 20 empresarios que no tienen nada que ver con la masa social de sus equipos (exceptuando Barça, Madrid y Athletic), es una moneda al aire que al club de tus amores le toque un empresario serio o uno que sólo quiera lucrarse con el equipo y tu ni los aficionados de tu equipo podéis hacer nada.


lunes, 11 de enero de 2010

Zidane, el mito


Zidane, como el resto de mitos, parece eximido de todo análisis objetivo. Zidane, como otras leyendas de muchos ámbitos, está destinado a elevarse en el imaginario colectivo por encima de la crítica, del pero y del matiz. Zidane, y el que lo dude es un insensible futbolístico amigo de la blasfemia, forma parte del Olimpo por derecho natural. O por decreto ley.

No cabe duda del poder de atracción que Zidane ejercía en el público. La coordinación corporal del francés, así como su privilegiado sentido espacial en el terreno de juego hacían de él un jugador fundamentalmente estético, para lo bueno y para lo malo si tenemos en cuenta que el fútbol, al fin y al cabo, es un entretenimiento. Un derroche de elegancia y distinción en un contexto futbolístico tendente a la potenciación física por encima del talento o abundante en dobles pivotes.
Su forma de controlar el balón, bajarlo al piso y acariciarlo con la bota para ponerlo en disposición de ser nuevamente jugado era, sencillamente, extraordinaria.
Todo ello bien sintetizado en el sinfín de controles imposibles que copan la red de vídeos en honor al jugador y ejemplificado en golazos como el conseguido en un Madrid vs Depor el día de Reyes de 2002 o el zurdazo que le dio a los blancos la Novena.

Además, por si fuera poca la unanimidad sobre la trascendencia de su figura, cabe recordar la determinación en momentos clave como la final del Mundial galo de 1998 en la que marca dos goles de cabeza, el citado golazo en la última final europea ganada por los madridistas ante el Bayer Leverkusen en Glasgow o el liderazgo en el duelo ante Brasil en Alemania 2006, en sus últimos días como profesional.

Todo cierto. Ni un pero. Los comentados, son elementos incuestionables y tangibles. Lo que sí es cuestionable es la catalogación irreprochable de Zidane como el Quinto Grande -por detrás de Pelé, Maradona, Di Stéfano y Cruyff-.

Decía Lippi, entrenador del futbolista en su etapa en la Juventus, que Zidane no explotaba prácticamente ni la mitad de su potencial pese a ser una primera figura en su época. Lippi le conocía bien y creo que tenía razón.
Dejando a un lado su efectismo casi hipnótico para el aficionado, toca analizar su efectividad como jugador.
Excepcionalmente, anotó dos goles de cabeza decisivos en la final mundialista pero, pese a su imponente envergadura, jamás fue un cabeceador notable.
Posicionalmente, convendríamos que su posición natural era la de mediapunta anárquico. Y precisamente esa anarquía basada en su genialidad puntual, afianzaba sus particularidades. Pese a ser mediapunta, ni era todo lo goleador que podría haber sido ni todo lo asistente que debería. Pongamos dos ejemplos más o menos coetáneos al francés: Xavi y Kakà.
Xavi, jugando algunos metros por detrás en el terreno de juego, gobierna el partido, es un asistente consumado y progresivamente ha ido aumentando sus registros goleadores a la vez que maduraba su carrera. Kakà, por su parte, sin incidir prácticamente nada en el juego de elaboración, rara vez ha bajado de los quince goles por temporada.
Jamás Zidane tuvo ni la incidencia en el juego de Xavi ni la aportación goleadora de Kakà.
Tampoco el dominio del balón parado ni la inteligencia para la adaptación de un jugador como Pirlo, segundo punta al que Ancelotti reconvirtió a mediocentro para fortuna del aficionado, de su club y del propio futbolista.
Ni el poderoso disparo de media distancia de otros contemporáneos como Lampard y Gerrard, sobre todo Gerrard.
Ni el último pase de un compañero suyo, Guti, que sí era capaz de meter quince goles en una Liga o rondar las veinte asistencias si tenía continuidad. Y a Guti, por cierto, jamás le hubieran perdonado sus detractores que osase tirar un penalti decisivo a lo Panenka (lo hubieran tachado de frivolidad y de riesgo innecesario) o se autoexpulsase en una rabieta adolescente en un mismo partido, la final del Mundial (le hubieran tachado de indisciplinado que no piensa en el bien del equipo).

Tampoco, y perdonénme los madridistas más acérrimos, el impacto de los dos años grandes de Ronaldinho (2005-2006). Jamás Zidane fue tan ampliamente reconocido como Rey de Reyes al mismo nivel que el ex-azulgrana en esos dos cursos. Ni tan ámpliamente reconocido como Ronaldo en los dos que dominó él (1997-1998) o como Messi en la actualidad.

Por ello y por mucho más, me parece fuera de lugar situar a Zidane entre el elenco de los cinco jugadores más trascendentes de la historia del fútbol. Que el reciente buen gusto de la exquisitez de Zidane no nos impida ver el bosque. Porque en el bosque hay árboles más imponentes y longevos como Beckenbahuer, Ronaldo, Messi, Puskas, Van Basten o su compatriota Platini.

jueves, 7 de enero de 2010

Raúl, una especie en extinción


Raúl es sobresaliente ganando la espalda al adversario, muy listo en la segunda jugada, tiene intuición, llegada y definición en un toque. Dentro de un equipo técnicamente portentoso, si el número de toques aumentaba, su fútbol es deficitario. Tiene un déficit de calidad que se hace muy evidente en momentos en los que psicológicamente no está considerado (por él mismo) poderoso.

La ausencia de espacio o la crítica desconocida hacia él tiene una repercusión brutal en su principal cualidad: la determinación. Sin ella, Raúl se convierte en un jugador que baja a dos cuartos, que juega fácil a no perder balones y que rehuye el juego en tres cuartos. Su juego intenta que el aficionado vea más su esfuerzo que su fútbol. Al disminuir la fortaleza psicológica, ha perdido la determinación.

Raúl no tiene otro registro, no puede sobrevivir a las circunstancias porque no tiene la calidad técnica de Guti, ni puede vencer a la crítica con otro tipo de fútbol. Raúl no tiene uno contra uno, ni es extraordinario en el último pase. Todos los que lo vieron en su etapa juvenil, saben que si hablamos de talento innato debemos recurrir a José María Gutiérrez.

El capitán blanco es limitación, pero también ejemplo de inteligencia y de mezcla. El siete es un jugador que, a nivel táctico, busca leer el partido. Si el partido no va con el toque, tira dos pelotazos y busca juego directo; si el contrario es superior la consigna es máxima voluntad, máximo esfuerzo, achica agua si fuera necesario.

El siete merengue es una especie en extinción. El mejor estado para competir es en el que confías en tus posibilidades pero sabes que si te duermes vas directo al banquillo y el equipo no va a sufrir. Eso te mata. Si te sientes indiscutible y tu carrera ha tocado techo, es frecuente perder la tensión ya que tiene la experiencia necesaria para dosificar.

miércoles, 6 de enero de 2010

El infortunio del FC Barcelona ante un serio rival


El factor Chygrynskiy.
El ucraniano, pieza indiscutible para Pep Guardiola, no tuvo su noche. Fuera de lo meramente extradeportivo, es indiscutible su facilidad para distribuir la pelota. Toda jugada azulgrana comienza desde el centro de la defensa, los centrales son parte activa de la elaboración de las jugadas. Pudo dar fluidez al juego en momentos de lentitud, pero necesita velocidad a su lado. Se caracteriza por ser un central técnico, además de ser un joven futbolista.

La vuelta de Gabi Milito. Una de las notas positivas fue la titularidad de Gabi Milito después de tanto tiempo en el dique seco. El central argentino Gabi Milito volvió a disputar un partido oficial después de más de año y medio de su grave lesión de rodilla.

Presión y línea adelantada, bazas sevillistas. Una de las bazas del Barça es monopolizar la posesión de balón, una cualidad que odia el rival. Para ello, el Sevilla FC tuvo que subir líneas y empezar -casi- la presión en el área azulgrana. A medida que transcurren los encuentros, son más los equipos que deciden subir al colectivo a zona de tres cuartos. Atrás quedó el repliegue intensivo en el propio campo, dar la pelota al FC Barcelona y esperar a tener una jugada de peligro al contraataque. Además, la línea adelantada genera confusión en el medio y suma muchos futbolistas, lo que genera un atasco. Nadie puede pensar fácil, necesita que se realice algún movimiento de desmarque de los compañeros. No todo lo anterior es ventajoso. El gol de Ibrahimovic se produjo gracias a un error de concentración de la línea defensiva, que no adelantó su posición para dejar en fuera de juego al sueco.

Transiciones lentas, poca eficacia azulgrana. Nadie descubrirá hoy el estilo de juego de los pupilos de Pep Guardiola. La realidad es que, sin velocidad en las transiciones, su juego se convierte en previsible y monótono. Mientras se mantiene el mismo estilo que deslumbró a medio mundo, los rivales cambian sus sistemas para hacer frente a los azulgranas. Jugar con el mismo esquema táctico y en base a unos principios es meritorio; no cambiar la metodología da ventajas al rival, te estudiarán los errores y buscarán hacerte daño buscándote los defectos.

viernes, 1 de enero de 2010

Vuelve el fútbol


Con la llegada del nuevo año termina el insufrible parón navideño, aderezado en vano por pachangas infumables, torneos de alevines con veinteañeros africanos infiltrados y amistosos de selecciones autonómicas, que sirven poco más que para medir cada año la afinidad del público de según qué autonomías con la idea de la segmentación de la selección española (en realidad no me ha quedado claro aún si lo que se pide es una selección para cada Comunidad Autónoma o una selección española y dos o tres que se separan).

Por fin este fin de semana vuelve la liga, que servirá en España para reanudar un campeonato parado durante dos semanas en las que si aguantar a familiares bebidos o jefes intentando parecer simpáticos en las insoportables cenas navideñas no era suficiente, a los futboleros nos han privado del maravilloso verde de un campo de fútbol y el sonido de un narrador cantando goles en nuestros televisores sustituyéndolos por el blanco nevado de las películas navideñas de Tim Allen y Raphael cantando El Tamborilero.

Calmada ya nuestra desazón por la ausencia de fútbol en las últimas semanas, es momento de situarnos en el calendario futbolístico y analizar lo que viene. La Liga está bonita, con un Madrid ascendente al acecho de un Barça que se enfrentará en las próximas jornadas a Villarreal y Sevilla y que intentará conseguir el honorífico campeonato de invierno cuando llegue el ecuador de la competición, que será momento para hacer una valoración exhaustiva del ejercicio 2009-2010. Otro de los platos fuertes en el comienzo de año será la Copa del Rey, con un estelar Sevilla-Barcelona el día de Reyes y una semana más tarde la vuelta en el Camp Nou. El ganador se enfrentará ante el ganador del otro gran duelo de octavos, el Valencia-Deportivo. Y en Febrero, vuelve la Champions, donde Sevilla y, sobre todo, Barcelona y Real Madrid intentarán asaltar la orejona en la finalísima del Bernabéu del próximo 22 de mayo.

Pero el plato fuerte del año será el mundial que se celebrará en Sudáfrica. La Copa del Mundo viajará por primera vez al continente negro donde 32 equipos harán las delicias de los aficionados para alcanzar la gloria futbolística. Los europeos España, Inglaterra, Alemania, Francia y la actual campeona Italia, y Brasil y Argentina representando a América son los grandes favoritos al entorchado mundial, aunque los africanos juegan en casa por primera vez y puede que tengan mucho que decir.

En definitiva, 2010 viene cargado de fútbol y aquí estaremos para disfrutarlo y analizarlo. Feliz y futbolero 2010.