10 razones por las que Raúl Gonzalez no debe jugar siempre

1. Porque ha perdido velocidad y cambio de ritmo. Juega todo el partido como un diesel, y no alcanza ningún balón que no le vaya al pie, y eso sólo si al defensa no le da por adelantarse, porque entonces ni las huele. Eso no se lo puede permitir un delantero de un equipo que va a jugar contra equipos encerrados.

2. Porque ya no tiene frescura física para hacer la presión que hacía antes. Una carrerita detrás de un contrario a lo largo del partido no cuenta como presión, aunque la grada lo vitoree.

3. Porque no asume sus limitaciones actuales, y en vez de quedarse arriba y tratar de jugársela a los centrales tirando de picaresca, que eso sí le sobra, se empeña en bajar más atrás para que se le vea participar, enredando la circulación de balón, pisando el terreno de sus compañeros y cerrando más huecos que cualquier central contrario. Aún mete goles, pero resta más al juego de lo que suman sus goles.

4. Porque objetivamente, son muchos más los días que juega mal que los que juega medio bien.

5. Porque su presencia aplasta las posibilidades de algunos compañeros.

6. Porque sus relaciones con los entrenadores y su manera de gestionar el vestuario, duela a quien duela y joda a quien joda, están bajo sospecha con toda justicia.

7. Porque su antecesor y maestro en la capitanía (Hierro), tampoco tuvo un comportamiento acorde con su categoría como jugador y símbolo, y se permitió el lujo de acorralar al presidente en Mónaco para increparle por el fichaje de Ronaldo, que relegaba al banquillo a uno de su cuerda (Morientes). Y que Hierro fuera así demuestra que las sospechas sobre Raúl pueden no estar tan descaminadas.


8. Porque nadie se cree que juegue siempre por méritos deportivos. Nadie juega siempre. Ni Messi juega siempre. Ni Cristiano Ronaldo ha jugado siempre en Manchester. Pero Raúl sí. Y no se entiende, ni aunque se quiera ver su rendimiento como maravilloso. ¿Acaso los buenos no necesitan descanso a lo largo de la temporada?. Rául no, al parecer. O quizá es que no lo consideran bueno y por eso no lo reservan. Pero entonces, ¿por qué carajo juega siempre?


9. Porque ha llegado la hora del cambio. Porque se busca construir un proyecto nuevo y para eso deben cambiar hábitos y caras. Porque hace falta que entre aire fresco en la plantilla. Porque es ley de vida y no va a ser ni el primer ni el último ilustre en retirarse. Porque si se fuera ahora lo recordaríamos con nostalgia, pero si se queda y el equipo se hunde con él en el campo, estará manchando su propio recuerdo. Porque a veces un proyecto se dispara soltando lastre, más que añadiendo fichajes (recordemos el Barça del triplete, tras haber echado a Deco, Ronaldinho y otros). Porque sería bueno para él terminar en otra parte, alejado de la presión del Madrid y de la polémica sobre su figura, aprendiendo y viendo mundo, para volver algún día como entrenador.

10. Porque tantos madridistas de corazón no pueden estar equivocados. Porque somos muchos los que, sin caer en insultos ni chistes fáciles, damos argumentos objetivos sobre Raúl, mientras que quienes lo defienden no pueden hacer otra cosa que recurrir al respeto. Y porque yo respeto mucho, muchísimo a Di Estéfano, pero Pellegrini no lo pone...